lunes, 7 de marzo de 2011

Divina comedia / Purgatorio / Canto 6

¿Cuál es el motor de las penas del purgatorio?


Comparar el lamento por Italia de Dante con el elogio de Italia de Virgilio: Georgicas II, 136-176. (Traducción: Eugenio de Ochoa).

Pero ni las selvas de los medos, riquísima tierra, ni el hermoso Ganges, ni el Hermo que enturbian sus arenas de oro, disputen loores a Italia, ni la Bactriana, ni la India, ni la Pancaia entera, abundante en arenas, que arrastran incienso. Nunca revolvieron estas tierras toros de ígneo aliento, sembrados en ellas los dientes de una horrenda hidra, ni las erizó una mies de guerreros con yelmos y apretadas lanzas; pero están llenas de fecundos trigos y del másico humor de Baco, poseen olivos y pingües ganados. De aquí se lanza por los campos el guerreador caballo con la frente erguida; muchas veces desde aquí, ¡oh Clitumno!, blancas reses y el toro, la mayor de las víctimas, esparcidos por las márgenes de tu sagrado río, condujeron a los templos de los dioses los triunfos romanos. Aquí la primavera es continua, y hasta el invierno es un verano; dos veces al año hay crías nuevas; los árboles dan dos cosechas. No habitan aquí rabiosos tigres ni la raza feroz de los leones, ni hay venenos que engañen a los míseros que van a coger hierbas, ni la escamosa serpiente arrastra por el suelo sus inmensas roscas, ni se recoge en larga espiral. Añade a esto tantas egregias ciudades, el gran trabajo de las obras, tantas fortalezas fabricadas por la mano del hombre en las escarpadas rocas y los grandes ríos que se deslizan al pie de nuestros antiguos muros. ¿Haré memoria de los dos mares que nos rodean, uno al Oriente, otro al Ocaso, y de vosotros, grandes lagos, ¡oh Laro y oh Benaco!, que te agitas con oleadas y estrépito propios de un mar? ¿Recordaré los puertos y diques del lago Lucrino, y el agua que ruge indignada con grandes clamores, allí donde las ondas del puerto Julio atruenan a lo lejos el rechazado Ponto, y donde el mar Tirreno se precipita en los estrechos del Averno? También esta tierra muestra en sus venas ríos de plata y cobre, y arrastra raudales de oro; cría un indomable linaje de hombres, los Marsos, la juventud Sabélica, los Ligures sufridos y los Volscos armados de dardos; produce los Decios, los Marios y los grandes Camilos; los Escipiones, duros guerreros, y te produjo a ti, ¡oh Cesar, más grande que todos ellos; a ti, que vencedor ya ahora en los últimos términos del Asia, apartas de los romanos campamentos al indio imbele...! ¡Salve, tierra de Saturno, gran madre de ricas mieses, gran madre de héroes!; por ti acometo renovar el antiguo loor de la agricultura, por ti oso abrir las sagradas fuentes y cantar a las ciudades romanas los versos del poeta Ascreo.

¿Qué parte del imperio es Italia, según Dante?

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