domingo, 28 de noviembre de 2010

Antígona y Hamlet frente a frente



ANTÍGONA

  1. Lo que lleva a Antígona a actuar es la injusticia del rey de no enterrar a su hermano, Polinices.
  2. Antígona es un personaje de carácter primario, toma la determinación de dar sepultura a su hermano a cualquier costa.
  3. Su hermana la decepciona por no querer ayudar a cumplir su cometido.
  4. Cree en los dioses, en una ley natural y actúa según su creencia.

  1. La razón de Antígona de enterrar a su hermano es moralmente mejor que la de Hamlet.
  2. Antígona sabe y acepta las consecuencias de sus actos. Sabe que si entierra a su hermano, será condenada a muerte. No tiene miedo a morir.
  3. Se ahorca al final de la obra.
  4. Sus acciones desencadenaron la muerte de otros personajes de la obra, su muerte hace Hemón se suicide y su madre Eurídice muere también por la pena.

CREONTE

  1. Rey de Tebas. Cuñado y tío a la vez de Edipo. Edipo es el padre de Antígona, Ismena, Polinices y Etéocles.
  2. Llega al poder de forma legítima. El anterior rey Edipo, se autoexilia, heredando él el trono.
  3. Es orgulloso, intransigente, totalitarista. No hace caso del consejo de Tiresias, ni el de su propio hijo.
  4. Le importa poco la opinión del pueblo sobre la condena de Antígona, él es la máxima autoridad.
  5. Cree que la muerte de Antígona es merecida porque ha desobedecido su orden de no dar sepultura a Polinices.
  6. Al final de la obra “se arrepiente” de haber encerrado a Antígona, no porque se haya dado cuenta de propio orgullo sino por la trágica muerte de su hijo.

HAMLET

  1. Hamlet quiere vengarse de la muerte de su padre, que fue asesinado por su tío Claudio.
  2. Hamlet es un personaje secundario, hasta el final de la obra duda sobre si matar a Claudio o no.
  3. Su madre se casa con su tío Claudio, al poco tiempo de la muerte de su padre.
  4. Tiene convicciones religiosas, por ejemplo cuando Claudio está rezando decide no matarle porque eso le supondría ir al cielo.
  5. Hamlet es movido únicamente por su sentimiento de venganza.

  1. No sabe o no es consciente de las consecuencias de matar al rey. Teme la muerte pues no sabe lo que se esconde tras él.
  2. Se suicida al final de la obra.
  3. El asesinato de Polonio arrastra a Ofelia a la locura y a su posterior muerte en el río. Laertes y Gertrud mueren inintencionadamente envenenados.

CLAUDIO

  1. Rey de Dinamarca. Tío y padrastro de Hamlet.
  2. Llega al trono ilegítimamente. Asesina a su hermano, el anterior rey para hacerse con el reino. Se casa además con su mujer.
  3. Es manipulador y planea diferentes formas de matar a Hamlet. Lo manda a Inglaterra, duelo con Laertes.
  4. Tiene en cuenta lo que piensa la multitud, que aprecia a Hamlet por eso no le condena. Desea sin embargo su muerte.
  5. Desea la muerte de Hamlet debido a que éste es conocedor del crimen que cometió.
  6. No retracta su decisión de querer deshacerse de Hamlet.

ISMENA

  1. Se enfrenta al mismo problema que Antígona, su hermano está muerto sin una sepultura digna. Sin embargo ella escoge no poner su vida en peligro por enterrarlo.

HEMÓN

  1. Prometido de Antígona. Se suicida al enterarse de que su amada está muerta.
  2. Se rebela contra su padre por la condena de Antígona.

LAERTES

  1. Se encuentra en la misma situación que Hamlet. Su padre ha sido asesinado y quiere vengarse. Al contrario que Hamlet, toma la firma decisión de vengarse.

OFELIA

  1. Estaba enamorada de Hamlet. La locura por la muerte de su padre la lleva a la muerte.
  2. Hace caso del consejo de su padre de no estar con Hamlet porque no la conviene.

OBSERVACIONES

Antígona pertenece al siglo V a.C. y Hamlet al siglo XVI, ambas tragedias. Aunque haya veinte siglos de diferencia comparten similitudes como la ausencia de mujer en el escenario o la escasez de decorados.

La antigua tragedia griega se dividía en episodios separados entre sí por intervenciones del coro. La figura del coro se fue perdiendo importancia hasta desaparecer. La función primordial del coro era la de preguntar, invitar a la meditación (como se pude ver en Antígona) preguntando a los personajes, a los dioses o a sí mismo. Desempeña un papel muy similar al monólogo de Shakespeare, que además de dar mayor profundidad al personaje llama a la reflexión.

Fue a partir del teatro romano cuando se generalizó la división en cinco actos. Shakespeare influenciado por esta corriente teatral siguió esta misma división en sus obras.

María Magdalena Ly Liu

Grupo 2.06

lunes, 1 de noviembre de 2010

Estructura de la Odisea

Fuente: El festín de Homero.

La estructura de la trama, la organización del argumento en la Odisea, es claramente distinta: es una trama compleja, como ya indicó Aristóteles.
Al leer esta epopeya se aprecia con facilidad que dentro de ella se han de distinguir tres secciones:
  1. “Telemaquia”, I-IV;
  2. los viajes de Odiseo, V-XIII;
  3. Odiseo en Ítaca, XIII-XXIII.
* Cantos I-IV (“Telemaquia”):
  • La acción del poema se abre presentándonos los acontecimientos de Ítaca, de donde está ausente Odiseo desde hace 10 años.
  • Su hijo Telémaco intenta defender su hacienda frente a los pretendientes de Penélope, que la están devorando.
  • Telémaco decide hacer indagaciones sobre la suerte de su padre y emprende un viaje (como su padre, también él viaja) que le llevará hasta las cortes de Néstor (Pilos) y Menelao (Esparta).
* Cantos V-XIII (los viajes de Odiseo):
  • En el canto V la acción salta hasta Odiseo, quien se halla en Ogigia, retenido junto a Calipso por culpa de la oposición de Posidón a su regreso: la razón de esta ojeriza se halla en el episodio de Polifemo, hijo de Posidón al que cegó el héroe.
  • Cuando se autoriza su partida de Ogigia, Odiseo llega (VI) hasta Nausícaa y los feacios (en Esqueria).
  • Allí, en la corte de Alcínoo, propone un extenso relato (cantos IX – XII) de sus aventuras tras la captura de Troya: lotófagos, cíclopes, Eolo, lestrígones, Circe, el descenso al Hades, sirenas, Escila y Caribdis, la ira del Sol...
  • En ese relato es Odiseo mismo quien expone sus sentimientos y reacciones durante las aventuras: constituye una técnica de gran eficacia, mayor que si esto lo hubiese contado el propio narrador.
* Cantos XIII-XXIII:
  • En el canto XIII se produce finalmente el regreso de Odiseo a Ítaca, tras veinte años de ausencia.
  • La gran cuestión de esta parte es: después de tantos años, ¿seguirán siendo fieles a Odiseo todos los suyos?
  • (Se ha argumentado [por Schwinge 1993: Die Odyssee - nach den Odysseen] que la invención de este tema habría sido otra de las innovaciones fundamentales de la Odisea frente a la tradición épica de los Nóstoi anteriores).
  • Primeramente se produce el encuentro con Telémaco en la majada de Eumeo; allí, entre los tres, se prepara la venganza de Odiseo (cantos XIII – XVI).
  • Tras la prueba del arco tiene lugar el castigo de los pretendientes (cantos XXI y XXII).
  • Y, tras la prueba del lecho, se produce el reencuentro con Penélope (canto XXIII), cuya confianza debe recuperar Odiseo.
* Canto XXIV (¿un apéndice?):
  • El canto XXIV, supuestamente un apéndice posterior al resto del poema, incluye la visita de Odiseo a su padre Laertes: allí se produce la reconciliación con los familiares de los pretendientes asesinados.
Para cerrar esta revisión del argumento de la Odisea haremos observar que dentro de la epopeya coexisten dos líneas argumentales:
  • la que se refiere a las aventuras de Odiseo
  • y la que atañe a los acontecimientos de Ítaca.
Para pasar de la una a la otra, hasta llegar al momento en que se juntan, el poeta debe llevar la acción de la que esté tratando a un “punto de descanso”: ése es el momento y el lugar en el que puede abandonar una línea y pasar a la otra.
El empleo de esta técnica puede ejemplificarse, p. ej., con lo que sucede al final del canto IV:
  • tras cuatro cantos siguiendo la línea de los acontecimientos de Ítaca (con la atención centrada en Telémaco),
  • el narrador deja a Telémaco en Esparta (su “punto de descanso”) junto a Menelao y aborda en el canto V la línea de las andanzas de Odiseo.

domingo, 31 de octubre de 2010

El Código Dan Brown


Dan Brown ha escrito un alegato, a petición del tribunal que estudia la demanda por plagio contra "El Código Da Vinci", en el que revela cómo escribe sus libros. Bryan Curtis ("Slate", 22 marzo 2006) comenta con ironía el alegato de Brown.

La comparecencia del autor de "El Código Da Vinci" ante un tribunal de Londres no ha pasado inadvertida a la prensa inglesa. El escritor compareció hace unos días como testigo en el proceso –la demanda se dirige contra la editorial Random House– para hacer frente a las acusaciones de plagio que le imputan los autores del libro "Hooly Blood, Hooly Grail" (en español, "El enigma sagrado").

La semana pasada, "The Times" y otros periódicos ingleses dieron a conocer un documento presentado en diciembre por Dan Brown ante ese mismo tribunal. El documento, de 69 páginas, es un alegato en el que el escritor norteamericano revela las claves de su obra.

El columnista Bryan Curtis, que ya ha leído el texto, no ha dudado en calificarlo como "el mejor thriller" de Dan Brown. "A primera vista, el documento presenta los rasgos típicos de una novela de Dan Brown. Está troceado en capítulos entrecortados; el lenguaje es forzado (‘Literalmente, me desperté una mañana y decidí escribir un thriller que hurgara en la Agencia Nacional de Seguridad’); y su héroe es un hombre corriente al que le acechan fuerzas malvadas que él no comprende". Sin embargo, la lectura completa del texto revela cosas sorprendentes.

Sorprendente es, dice Curtis, la trayectoria literaria de Dan Brown. "Formado en Amherst y en la Academia Phillips Exeter, Brown tuvo un despertar literario poco común. No siguió el camino habitual: pulular por una librería, tropezarse con un Hemingway o un Flaubert, y decidir ahí mismo convertirse en un escritor". Brown, por el contrario, tomó esa decisión tras leer un libro de Sidney Sheldon, "The Doomsday Conspiracy" ("La conspiración del Juicio Final") durante unas vacaciones en Tahití. La lectura de ese libro supuso una convulsión profunda en el escritor. "La vida –explica Brown– parecía querer decirme algo". "Empecé a sospechar que, quizá algún día, yo también podría escribir un thriller como ese".

Brown hace un esfuerzo para saber qué es lo que hace que sus novelas triunfen. "Ha descubierto que hacen falta tres elementos esenciales: una especie de fuerza oculta, como una sociedad secreta o una agencia del gobierno; una ‘gran idea’ que contiene un fondo moral ‘gris’; y un tesoro. Los tesoros en las cuatro novelas de Dan Brown han sido un meteorito, la antimateria, un anillo de oro y el Santo Grial. Las fuerzas oscuras incluyen al Priorato de Sión, el Opus Dei y la Agencia Nacional de Seguridad. La gran idea, si entiendo correctamente lo que parece que está diciendo, sería algo como esto: ¿Es el Vaticano bueno... o malo?, ¿está con nosotros la Agencia de Seguridad Nacional... o contra nosotros?" La mezcla de los tres elementos da lugar a un cóctel explosivo.

Brown aclara también algunos secretos del proceso de creación que ha escogido para escribir sus obras. "Todas mis novelas están pensadas en 24 horas". "Mi secreto preferido –escribe Curtis– es la idea de Brown sobre ‘el thriller como conferencia académica’. El truco consiste en crear tus propios expertos; en el mundo de Brown, serían los expertos en símbolos, los criptógrafos y compañía. Luego les pones al lado de algún experto en otra disciplina que suelta una lección magistral, en la que de paso queda claro todo lo que has tenido que investigar para hacer tu novela".

Quienes sienten curiosidad por saber de dónde saca Brown los nombres de sus protagonistas, encontrarán pistas en el documento. Pero aquí la cosa es mucho más sencilla; nada de conspiraciones ni de fuerzas ocultas. Refiriéndose a Robert Langdon –el célebre protagonista de "El Código Da Vinci" y de "Ángeles y Demonios"– confiesa Brown: "Pensé que era un nombre fantástico. Suena muy parecido a New England y me encantan los apellidos con dos sílabas..."

Otro dato curioso del que se entera uno al leer el alegato de Brown es que su padre le escondía los regalos el día de Navidad, mientras el joven Dan tenía que buscarlos con un mapa del tesoro; o también que, en el colegio, quedó profundamente marcado por una descripción que hizo un profesor de la Piedad de Miguel Ángel. "Este documento –concluye Curtis– es el renacer de un novelista mediocre. Por primera vez en su vida, Dan Brown ha intentado hacer literatura".

miércoles, 27 de octubre de 2010

La caída de los gigantes, la nueva novela de Ken Follett

Firmado por Adolfo Torrecilla
gigantesPI

El escritor galés Ken Follett (Cardiff, 1945) ha escrito veintiséis novelas, de las que ha vendido más de cien millones de ejemplares en todo el mundo. Sólo en España, sus novelas más conocidas, Los pilares de la tierra y Un mundo sin fin, su continuación, han vendido siete millones de ejemplares. Se trata de uno de los escritores que mejor representan el fenómeno internacional del best-seller; incluso su agente literario, Albert Zuckerman, tomó como ejemplo algunas de sus novelas para su libro Cómo escribir un best-seller.

Maestro del best-seller

Sus novelas responden a ese modelo ideal de lo que es la literatura comercial y de consumo: ritmo veloz, ingredientes actuales muy dosificados, mucha intriga y acción, personajes estereotipados, moral políticamente correcta, técnica realista y un estilo eficaz. Además, son novelas prefabricadas para unos lectores que buscan en la ficción una larga historia con un argumento que enganche y sin muchas complicaciones ni estilísticas, ni literarias, ni filosóficas, ni de nada.

Hay un buen trabajo de documentación, pero lo más débil es el tratamiento literario

En el caso de Follett la fórmula le ha dado muy buenos resultados y ha conseguido que cada nueva novela suya se convierte en un fenómeno planetario. Lo mismo ha sucedido con La caída de los gigantes (1), que ha tenido en las pasadas semanas un lanzamiento mundial, con la presencia del autor en todos los medios de comunicación. En España, consciente de su tirón y del influjo en el mercado hispanoamericano, presentó personalmente el libro el pasado 20 de octubre.

Una trilogía sobre el siglo XX

La caída de los dioses es la primera parte de una trilogía, The Century, que abordará los principales acontecimientos históricos del siglo XX. Con palabras de autor, “tras la gran acogida de Los pilares de la tierra y Un Mundo sin Fin, quería crear otra historia que tuviera el mismo encanto para mis lectores. Por eso, decidí escribir sobre el siglo XX y retratar a los europeos y a los americanos que vivieron aquella época tan emocionante y, a la vez, tan violenta de la historia de la humanidad”.

La primera parte, La caída de los gigantes, está dedicada a la Primera Guerra Mundial y la Revolución Rusa; la segunda tratará sobre la Segunda Guerra Mundial y la tercera sobre la Guerra Fría. Follet narra los destinos entrelazados de tres generaciones de cinco familias a lo largo del siglo XX.

En determinados momentos la novela cae de lleno en el maniqueísmo y en la reiteración de tópicos

La novela comienza con los Williams, una familia de mineros de Gales que trabaja en unas durísimas condiciones. El padre, David, líder del sindicato local, se enfrenta a los dueños de la mina, insensibles a la vida de los mineros. El propietario de la mina es el conde Fitzherbert, cuya familia protagoniza otro de los hilos conductores de esta narración, que salpica también al destino de los hijos de David, Billy y Ethel. El conde representa la fuerza social de los valores aristocráticos y la defensa de un mundo que no quiere perder sus privilegios, aunque su hermana, Lady Maud, se convierta en una de las apasionadas defensoras del sufragio femenino, otro de los temas de esta novela. Tanto Lady Maud como su hermano se relacionan con los Ulrich, Walter y Robert, una familia de aristócratas alemanes que viven en Londres y que trabajan como espías para el gobierno alemán.

Las otras familias que protagonizan esta saga son los Dewar, miembros de la alta sociedad estadounidense, y los hermanos Lev y Grigori Kostin, rusos, que son un ejemplo de la vida de los exiliados rusos en Estados Unidos (es el caso de Lev) y del alcance de la Revolución en la propia Rusia (Grigori vive de cerca todos los pasos que se dan hasta la instauración de la dictadura comunista).

Una verosímil ambientación

Follett se explaya a gusto sobre las cuestiones políticas que provocan la Primera Guerra Mundial y las larguísimas negociaciones diplomáticas que los diferentes gobiernos implicados ponen en marcha para evitar la contienda. También sobre el proceso de cambio que vive Rusia tras la caída del zar. Y sobre el desarrollo y final de la Guerra, con las negociaciones que llevaron al Tratado de Versalles. Como muchos de los protagonistas de la novela están dedicados directa o indirectamente a la política, todos estos movimientos se describen con una morosidad que frena en ocasiones la acción de la novela.

Follett se ha documentado bien en todo lo que se refiere a las cuestiones históricas, políticas y militares. En este sentido, intenta sintetizar los hechos principales, metiendo a sus protagonistas como actores de algunos de estos importantes sucesos.

Mucha trampa

Pero... estamos ante un best-seller. A todos estos sucesos hay que ponerles reconocibles rostros humanos, aunque esto condicione el desarrollo argumental y, para que todo cuadre, provoque casualidades a veces ridículas y momentos inverosímiles, como el encuentro en un campo de batalla francés en un parón de la contienda durante la fiesta de la Navidad entre dos de los protagonistas, el conde Fitzherbert y Walter von Ulrich, ahora enemigos, o el reencuentro entre Lev y Gus Dewar a propósito de una huelga en una empresa de Buffalo.

Follett lleva a sus personajes de acá para allá con el fin de que los grandes hechos históricos, que son el fondo de la novela, se encarnen en las vidas de estas personas. Hacer esto bien, sin que se note la trampa, no es cuestión fácil. Y se nota la trampa.

Desde el punto de vista literario, la novela transcurre por un camino muy trillado, pero eficaz, como las anteriores obras del autor. Follett se dedica a narrar con pericia, pero sin muchas florituras ni complicaciones (que sus lectores no soportarían). Para avanzar en la narración utiliza la rapidez que proporcionan los diálogos, que le permiten resumir muchos hechos. En este sentido, las conversaciones entre los principales protagonistas pasan sin transición de las cuestiones domésticas y cotidianas a la política internacional. Que nadie busque grandes comentarios, reflexiones, frases, ideas de fondo, sugerencias... La novela avanza con un realismo a ras de suelo, con unas descripciones generalistas y triviales y unas escenas que, como la categoría de los personajes, caen fácilmente en el estereotipo.

No falta la moralina

Pero, insisto -conviene no olvidarlo-, estamos ante un best-seller. Y tan importante es el contexto político y social de los personajes como su vida íntima. Aquí la novela patina hasta límites en ocasiones ridículos, como los que protagoniza el ruso exiliado Lev. En cualquier otra novela, los encuentros amorosos y sexuales entre algunas parejas se detienen cuando el relato de estas intimidades no aporta nada al desarrollo de la trama. Aquí no. Como si se tratase de algo que hay que meter como sea, las escenas eróticas aparecen de vez en cuando, como un ingrediente más, a veces con un lenguaje demasiado explícito.

En este sentido, toda la novela transmite un mensaje moral que también se manifiesta en el tratamiento de los personajes, en la toma de partido por diferentes cuestiones, en la relevancia que da al ingrediente erótico y en la abierta crítica a la religión (por supuesto, Follett saca a relucir casos de abusos sexuales y de pederastia). Esta toma de partido hace que la novela, en determinados momentos, caiga de lleno en el maniqueísmo y en la reiteración de tópicos, además de no esquivar el melodrama, presente especialmente en las historias amorosas que se cruzan en la novela con destinos muy dispares.

Sin brillo literario

Como buen estratega, Follett da a estos ingredientes más polémicos una dosificada misión en el conjunto de la novela, sin que ninguno adquiera un desmedido protagonismo. Lo más débil de la novela es el tratamiento literario de todo lo que cuenta.

Hay, es justo reconocerlo, un buen trabajo de documentación y de disposición de los elementos en la trama con el fin de conseguir una novela ligera que atrape por los hechos que se narran. Sin embargo, nada de lo que se cuenta consigue destacar ni brillar. Tampoco se identifica uno con los personajes, como sí sucede con los grandes escritores, ya que en el caso de Follett no parecen ser buenos termómetros de los vaivenes de la condición humana, sino herramientas que cumplen con su función de facilitar la variedad de la trama y la acción.

No hay, pues, estilo, que es lo que mejor define a un escritor que pretenda explorar nuevos caminos. Por el contrario, en La caída de los gigantes encontramos un homenaje al papel del best-seller en la historia de la literatura.

miércoles, 20 de octubre de 2010

Una comedia ligera


Autor: Eduardo Mendoza

Eduardo Mendoza

Seix Barral. Barcelona (1996). 383 págs. 2.500 ptas.

Eduardo Mendoza (Barcelona, 1943), quizá el narrador más sólido de la novela española actual, concluye con esta obra el ciclo sobre su ciudad natal que inició en La verdad sobre el caso Savolta (1975) y continuó en La ciudad de los prodigios (1986). En las tres novelas Mendoza combina con singular maestría el contexto histórico y costumbrista con un argumento donde la intriga policial ocupa un importante lugar. Una comedia ligera, situada en 1948, refleja sobre todo el mundo del teatro y de la burguesía catalana, aunque también describe esporádicamente ambientes marginales de Barcelona.

La novela confirma la facilidad de Mendoza para recrear ambientes, lenguajes y episodios costumbristas, aunque en ocasiones se deje llevar por el tópico, y algunos personajes aparezcan apergaminados, sin vida, utilizados por el autor para encarnar una serie de estereotipos: es el caso, por ejemplo, de la descripción del encuentro que el protagonista mantiene con un jesuita -donde se manipula y exagera la retórica religiosa- y también de algunos rasgos paródicos de un jerarca franquista.

Carlos Prullàs es un exitoso autor de vodeviles cómicos para el entretenimiento de la burguesía. Lleva una vida acomodada gracias a los ingresos de sus obras de teatro y a las rentas de la fortuna de su mujer, hija de un empresario catalán. En el verano de 1948, mientras su mujer y sus hijos veranean en la playa, Prullàs asiste a los ensayos de su última comedia y se dedica a fomentar escarceos amorosos, que le acabarán complicando la existencia. De pronto, su propia vida se convierte en un argumento de sus comedias: se ve envuelto en un crimen donde aparece como único sospechoso, y sus frívolas relaciones amorosas ponen en peligro su respetabilidad.

Una comedia ligera demuestra con creces las habilidades narrativas de Eduardo Mendoza, un realismo distante traspasado por un ingenioso sentido del humor. Sin embargo, a medida que la intriga policial se apodera del argumento, y el autor deja en segundo término la descripción de aquellos años, la novela decae, aunque vuelve a levantar el vuelo con un final que sirve como imagen de toda una generación. Para Prullàs, el verano de 1948 será el último verano de su juventud, un verano que sepulta sus escarceos artísticos y le lleva a adoptar una escala de valores incompatibles con la vida bohemia y libertina.

Adolfo Torrecilla

aceprensa.com

domingo, 17 de octubre de 2010

El niño con el pijama de rayas

Autor: John Boyne

Salamandra. Barcelona (2007). 224 págs. 12,50 €. Traducción: Gemma Rovira.

El protagonista de esta breve pero intensa y emotiva novela es Bruno, un niño de nueve años que es hijo de un comandante nazi, hombre de confianza del propio Hitler. Bruno vive en Berlín, con sus padres y su hermana Gretel, unos años mayor que él y con quien no se lleva bien. Y aunque empieza a notar que algo extraño sucede a su alrededor –la llegada de Hitler al poder y los preparativos para la guerra– es tan pequeño que apenas se entera de nada. La novela comienza cuando el padre es trasladado de Berlín a un lugar en principio desconocido. Poco a poco vemos que el padre ha sido destinado al campo de concentración de Auchviz (designado así en la novela). Ni Bruno ni su hermana saben nada de lo que es un campo de concentración y mucho menos de la cuestión judía. Un día, dando una vuelta por los alrededores, Bruno conoce a Schmuel, un niño polaco y judío que se encuentra al otro lado de la valla. Schmuel tiene los mismos años que Bruno y entre los dos surge una escondida y peligrosa amistad.

La novela tiene su trampa melodramática, pero hay que reconocer que el autor (Irlanda, 1971) acierta con el ingenuo e infantil punto de vista, lo que da a toda la narración una perspectiva distinta, nueva, eficaz. Por eso resulta una novela original, que impacta y que se lee muy bien, como lo demuestra su éxito internacional.

aceprensa.com

jueves, 7 de octubre de 2010

Blanca como la nieve, roja como la sangre



Bianca come il latte, rossa come il sangue

Autor: Alessandro D’Avenia

Grijalbo. Barcelona (2010). 250 págs. 15,90 €. Traducción de César Palma.

Leo es un mal estudiante, pasota, buen deportista, desorientado, nada idealista, que tiende a culpar de todo a los demás y siente una especial inquina por los docentes, a los que considera parásitos, inútiles y fracasados. En primera persona, nos cuenta un año de su vida: las clases en el instituto, las relaciones con sus padres, el campeonato de fútbol con el equipo del colegio… y dos hechos que transformarán sus ideas y su conducta: la llegada de “El Soñador”, un profesor distinto, ante el que poco a poco sus manías y aversiones irán cambiando, y el enamoramiento de Beatrice

El argumento es semejante al de otras novelas del género, pero con un ritmo ágil, buenos diálogos y un lenguaje cercano al de la gente joven, que, con el desarrollo de la acción, se va enriqueciendo como la vida del protagonista. El autor ha elaborado una trama a la que no faltan sorpresas ni tensiones y que da pie a que los protagonistas se planteen, de un modo nada forzado, las grandes cuestiones a las que nadie puede ser ajeno y cuya respuesta influye decisivamente en los comportamientos: Dios, el amor, el dolor, el bien y el mal, la muerte, la familia, la amistad, el sentido de la existencia...

Blanca como la nieve, roja como la sangre gustará a la gente joven, pero me parece muy recomendable también para padres y para profesores, pues ayuda a afrontar los problemas de la adolescencia de un modo valiente y atractivo, con miras altas que contrastan con la mediocridad individualista que algunos pretenden imponer. En las aulas, puede dar pie a interesantes y enriquecedores debates.

Mil soles espléndidos

A Thousand Splendid Suns

Autor: Khaled Hosseini

Salamandra. Barcelona (2007). 378 págs. 19 €. Traducción: Gema Moral Bartolomé.

Tras el éxito de Cometas en el cielo (ver Aceprensa 5/07), el escritor afgano Khaled Hosseini, exiliado en Estados Unidos, vuelve a utilizar la dramática historia de su país como escenario de una novela. En esta ocasión aborda las vidas de dos mujeres, Mariam y Leila, que sufren los rigores de la política y la sociedad afganas.

solesMariam es hija de Yalil, un hombre de negocios de Herat que tiene tres mujeres y nueve hijos legítimos, entre los que no se encuentra Mariam, una harami, fruto de los amores ilícitos con Nana, una de sus criadas. Nana y Mariam viven apartadas de la familia de Yalil en una aldea cercana a Herat y reciben una vez a la semana la visita de Yalil. Mariam vive allí hasta los 15 años, acompañada del sufrimiento de su madre, que la advierte en numerosas ocasiones del futuro desgraciado que la aguarda.

A los quince años, la fuerzan a contraer matrimonio con Rashid, un zapatero de Kabul que se ha quedado viudo, treinta años mayor que ella. La guerra civil que vive Afganistán deja su huella en todas las familias, también en Leila, una muchacha vecina de Mariam. Rashid le salva la vida y la pide en matrimonio. Aunque al principio la relación entre Mariam y Leila es insostenible, poco a poco nace entre ellas una entrañable solidaridad. Pero estamos en Afganistán, los talibanes han llegado al poder y todavía queda mucho por sufrir.

Hosseini maneja con soltura las emociones y los sentimientos y muestra desde dentro la vida de estas mujeres, la relación con su marido y sus hijos, sus anhelos, su carácter y, también, la inferioridad con la que afrontan sus vidas.

Aunque el final es un tanto melodramático, Mil soles espléndidos describe la situación real de las mujeres afganas en los diferentes momentos de la historia reciente de este país. A pesar de todo, como dice casi al final de la novela Leila, un magnífico personaje, “parece casi increíble que la vida de todos los afganos esté marcada por la muerte y un sufrimiento inimaginable. Y, sin embargo, también veo que la gente encuentra el modo de sobrevivir y seguir adelante”.

martes, 5 de octubre de 2010

Ken Follet y su Edad Media de ficcion


El escritor de best-sellers Ken Follett acaba de publicar en español la continuación de su éxito Los pilares de la tierra. La novela se llama Un mundo sin fin. Ambas se desarrollan durante la Edad Media, aunque, a tenor de sus declaraciones, en una Edad Media peculiar que, en el caso del segundo libro, tiene un marcado sesgo anticristiano. El historiador italiano Franco Cardini recusa en las páginas de Avvenire este manipulado Medievo a través de un artículo traducido al español por Alfa y Omega (10-01-2008).
Fuente: AvvenireFecha: 10 Enero 2008
Cardini parte de unas declaraciones del novelista en la revista italiana Panorama, en la que este afirma que “la peste que hubo de 1347 a 1352 manifestó a todos la verdad: el clero se reveló completamente impotente. El posterior descubrimiento del funcionamiento de la infección bacteriana ha permitido salvar la vida a millones de personas, demostrando que los prejuicios anticientíficos de la religión no tenían ningún fundamento”.
“No hay nada que decir de Follett como autor de thrillers de éxito, pero cuando sus argumentos se cimentan en acontecimientos históricos, especialmente los ligados al Medievo, es necesario decir que los resultados son, desde el punto de vista histórico, decepcionantes”, replica Cardini. “Atendiendo a las declaraciones del autor de Un mundo sin fin, de veras hay que indignarse. Follett parece haber descubierto un Medievo inmóvil y privado de innovaciones. Hace escapar una sonrisa, pero también hace perder la paciencia. Desde hace décadas, la medievalística mundial viene repitiendo –desde Bloch hasta Le Goff y Tabacco, y muchos otros– que, al contrario, la Edad Media, una edad comúnmente definible y larguísima, que ocupa mil años según algunos, estuvo caracterizada por una profunda experimentación en todos los campos, desde la tecnología hasta la politología. Hasta un místico como Bernardo de Claraval fue un enamorado de las máquinas, de los molinos y de los batanes con los que se trabajaba en los monasterios cistercienses”.
Cardini escribe que “si se decide a hablar del Medievo, no es libre de ignorar la auténtica pasión por la búsqueda y la innovación de personajes como Gilberto de Aurillac, Roger Bacon y tantos otros: clérigos, sacerdotes, religiosos y místicos, los cuales no eran soñadores alquimistas ni herejes. Sin embargo, la Iglesia inventada de Follett en su última novela es una banda de aprovechados, ladrones, vividores y violadores. Viene la peste a mitad del siglo XIV y no hacen nada para combatirla, ni para aliviar las penas de la gente. Según Follett, la Universidad, los hospitales, las enormes obras de misericordia son nada. Según él, la responsabilidad del hecho de que la mecánica de las infecciones no fuera conocida antes del siglo XIX se debe a los prejuicios anticientíficos de la religión. Ni siquiera se le pasa por la cabeza que las explicaciones sobre la corrupción del aire o el desequilibrio de los humores del cuerpo fueron, en realidad, la ciencia de su tiempo, la que practicaba toda la sociedad –y toda la Iglesia también, en la medida en que la Iglesia vivía en la sociedad de su tiempo–”.
En último lugar, Cardini refuta algunos de los datos en los que se basa Follett: “No es completamente cierto que [la peste] se llevara consigo a dos tercios de la población europea; (...) las víctimas se fueron distribuyendo en manchas de leopardo, en una geografía difícil de comprender. En muchos casos, los muertos fueron muy superiores a las estimaciones que da el escritor galés; en otros, al contrario, ni siquiera llegó a darse el contagio, como sucedió con la ciudad de Milán, que se vio milagrosamente salvada”. El conflicto ciencia-Iglesia entonces es falso: “Los médicos de ese tiempo estaban absolutamente encuadrados en un saber cohesionado, en el cual convivían teología y filosofía. Las críticas expresadas por el novelista no tienen ninguna credibilidad, y hablan claramente, o de su ignorancia de los hechos, o de su anticatolicismo, o de una antipática mezcla de ambas cosas”, concluye.

www.aceprensa.com

lunes, 4 de octubre de 2010

La Casa del Propósito Especial


The House of Special Purpose

Autor: John Boyne
Salamandra. Barcelona (2009). 416 págs. 19,50 €. Traducción: Patricia Antón de Vez.

Firmado por Adolfo Torrecilla
aceprensa.com
Fecha: 19 Noviembre 2009

Tras el éxito de El niño con el pijama de rayas, y después de que la misma editorial reeditase una obra escrita con anterioridad Motín en la Bounty, se publica la primera novela que John Boyne (Dublín, 1970) ha escrito después de convertirse en un autor internacional. Esto se ha notado, bastante, en el marketing, la distribución y promoción de La Casa del Propósito Especial.

Se cuenta en ella la historia de Georgi, un joven de una aldea rusa que entra por casualidades del destino a formar parte de la guardia personal del mismísimo zar de Rusia, Nicolás II, quien le destina como guardaespaldas de su enfermizo hijo Alexis Romanov. Incluso se enamora de Anastasia, la hija menor del zar, quien le corresponde a su amor juvenil. Estamos en plena Primera Guerra Mundial y con un ambiente social en Rusia prerrevolucionario. Georgi es testigo privilegiado y también protagonista de unos sucesos que marcarán la historia de Rusia.

Pero Georgi y la misteriosa Zoya, ahora su mujer, desaparecen de Rusia en los convulsos meses posteriores a la Revolución, tras la detención por los bolcheviques de la familia real. Primero viven en París y luego se trasladan a Londres. Ya anciano, Georgi recuerda los principales sucesos de su vida en Rusia y, también, sus años de relación con Zoya, ahora gravemente enferma.

Toda la novela se sustenta en la intriga de los misteriosos hechos que Gregori va contando y que sólo se desvelan casi al final de la narración. De manera alterna, el narrador regresa a Rusia y a aquellos difíciles años para la familia del zar, y cuenta también su largo exilio en Londres, donde ha trabajado de bibliotecario.

Aunque los sucesos que forman el decorado tienen gran importancia histórica, John Boyle no consigue que la novela acabe enganchando a los lectores. La principal causa reside en la falta de sustancia sobre la que gira toda la novela y las numerosas e insulsas páginas con las que se hincha un relato que, tal y como ha sido estructurado, no da mucho de sí. Sobran muchas escenas, pasajes, diálogos, que distraen la narración porque el autor no va al grano. Podía haber sido una novela más redonda si el autor hubiese sacado más partido a los hechos históricos y menos a sus años londinenses.

martes, 28 de septiembre de 2010

La alquimia editorial de Paulo Coelho


Cómo convertir en oro las ansias espiritualistas
El escritor brasileño Paulo Coelho se ha convertido en un fenómeno internacional de la edición. Sus libros se han traducido a 40 idiomas y lleva vendidos más de veinte millones de ejemplares. La pasión que despiertan sus novelas no puede explicarse por razones literarias, ya que tienen escasas ambiciones en este aspecto. Pero, sin duda, Coelho ha sabido conectar con una aspiración típica de un tiempo que ha visto surgir sucedáneos de espiritualidad como New Age. Sus libros reflejan un vago espiritualismo que mezcla con habilidad argumentos iniciáticos con mensajes de las filosofías orientales, del esoterismo y de la religión católica.

Paulo Coelho, nacido en Río de Janeiro en 1947, ha desempeñado oficios muy variados. Trabajó como periodista y guionista de televisión, dio clases de teatro y fue un famoso compositor de letras de rock, además de director artístico de una compañía discográfica.

Tras perder la fe católica, que nunca había practicado con un mínimo de compromiso, peregrinó por todo tipo de sectas, cultos y sociedades secretas. Durante los años sesenta y setenta, y como consecuencia de la moda hippie, que Coelho vivió con intensidad, tuvo múltiples experiencias con las drogas, que ahora rechaza de plano.

El estudio intensivo de la alquimia fue otra fase de su búsqueda vital, en la que le obsesionó alcanzar el Elixir de la Larga Vida (símbolo que está muy presente en sus novelas).

En 1981 es cuando dice conocer la Orden RAM (Rigor, Armonía, Misericordia; Regnum, Agnum, Mundi), una antigua asociación esotérica de origen español que funciona por tradición oral, y a ella pertenece.

Tras un viaje a Roma, redescubre sus raíces católicas, aunque su visión del catolicismo es muy peculiar, y no se identifica con las enseñanzas de la Iglesia. La experiencia de recorrer con su mujer el Camino de Santiago le sirvió de espaldarazo religioso y literario, porque este viaje fue el inicio de su carrera como escritor. En la actualidad sigue viviendo en Brasil.

Un "best-seller" mundial

Coelho publicó su primer libro con 40 años. En El peregrino de Compostela (1987) explicó en clave simbólica los ritos de iniciación para ser Caballero de la Orden RAM. Después publicó su mejor y más famosa novela, El Alquimista (1988), una parábola de la búsqueda del sentido de la vida. Luego le siguió Brida (1990), basada en una serie de rituales que permiten a una joven irlandesa dominar sus poderes de bruja, advertir que es la reencarnación de otra mujer anterior y descubrir el rostro femenino de Dios.

A orillas del Río Piedra me senté y lloré (1994) es un cóctel de amor y religión, que pretende rendir homenaje a la feminidad. La Quinta Montaña (1996), inspirada en la historia bíblica del profeta Elías, da lugar a reflexiones sobre la incomprensión del sufrimiento y al valor de los sueños como la inspiración que cada uno debe recibir para emprender su camino personal. Manual del Guerrero de la Luz (1997) es un conjunto de breves reflexiones que Coelho escribió para periódicos, donde propone un estilo de vida basado en la capacidad de luchar para ser mejores, con citas de Jesucristo y de escritores orientales. En Brasil acaba de aparecer Verónica decide morir, de la que en sólo una semana se han vendido 160.000 ejemplares.

Su éxito no fue fulminante. Sus obras comenzaron a aparecer en editoriales pequeñas, y poco a poco se fue convirtiendo en un escritor para el gran público. En España, su difusión multitudinaria está asegurada desde que hace unos meses la editorial Planeta estrenó la "Biblioteca Paulo Coelho", en la que ya han aparecido cinco títulos.

Coelho lleva vendidos ya más de veinte millones de ejemplares en todo el mundo. Sus libros se han traducido a cuarenta idiomas y se han publicado ya en más de cien países. También están en marcha otros importantes proyectos, como el rodaje en Hollywood de una película (la Warner compró los derechos cinematográficos de El Alquimista) y el estreno en Brasil de una telenovela de 150 capítulos inspirada en su novela Brida. Hasta la hermana del estilista Versace ha lanzado una colección de moda inspirada en la literatura de Coelho, "El guerrero de la luz".

La huella de New Age

Aunque Coelho suele destacar como a sus autores preferidos a Borges y Saint-Exupéry, su mundo narrativo se sitúa en una tradición que tiene como precursor a Carlos Castaneda, autor, entre otros, de un libro emblemático para los amantes del género esotérico y de las experiencias alucinógenas: Las enseñanzas de Don Juan: el camino yaqui hacia el conocimiento (1968). Para ellos, Castaneda es un maestro más que un escritor. Casi lo mismo se podría decir de Paulo Coelho. Muchos de sus lectores no leen sus libros como simples aventuras literarias, sino como manuales que les permitan iniciar una búsqueda espiritual.

Las similitudes de sus libros con los mensajes de estilo New Age son bastante evidentes, si bien Coelho hace también gala de un nebuloso catolicismo, que le lleva a utilizar personajes, citas e ideas procedentes del imaginario católico. Sin embargo, Coelho tiene una visión sui generis del catolicismo, pues rechaza la autoridad de la Iglesia, no cree en la idea de pecado y, en muchas ocasiones, utiliza las citas bíblicas con un sentido muy distinto al original.

Al igual que sucede con la New Age, no se encuentra en Coelho un ideario sistemático y estructurado. Su piedra filosofal es que todos tenemos sueños que vivir, y que nuestro destino depende de la realización de esos sueños: "Cuando tú quieres una cosa, todo el Universo conspira para que realices tu deseo". Como en la New Age, lo que predomina aquí es un cóctel sincretista de anhelos espirituales fáciles de asimilar sin compromisos incómodos: la trascendencia de la realización personal, la unión entre Dios, el mundo y los seres humanos, el libre examen de la percepción, el deseo de paz y armonía en el mundo y el ansia de transformar los seres humanos hacia un nivel superior. Como se lee en El Alquimista, "para eso existe la Alquimia. Para que cada hombre busque su tesoro y lo encuentre, y después quiera ser mejor de lo que fue en su vida anterior". La experiencia religiosa queda reducida así a psicología terapéutica: algo así como la búsqueda de la autorrealización y la seguridad personal.

Fundirse con el alma del mundo

En el prólogo a El Alquimista, escribe Coelho: "Descubrí entonces (en 1981, cuando su Maestro le instruye en la orden RAM) que el lenguaje simbólico que tanto me irritaba y desorientaba era la única manera de alcanzar el Alma del Mundo, o lo que Jung llamó el 'inconsciente colectivo'. Descubrí la Leyenda Personal y las señales de Dios, verdades que mi raciocinio intelectual se negaba a aceptar a causa de su simplicidad. Descubrí que alcanzar la Gran Obra no es tarea de unos pocos, sino de todos los seres humanos de la faz de la Tierra".

El mundo espiritual y literario de Coelho se compone de una serie de motivos que se repiten una y otra vez. Su mensaje es que el mundo es mucho más grandioso de lo que podemos imaginar; que nuestro destino exige la realización de la Leyenda Personal, "aquello que -como escribe en El Alquimista- tú siempre deseaste hacer". En la juventud, la gente no tiene miedo a soñar todo aquello que le gustaría hacer en la vida. Después, una fuerza misteriosa empieza a tratar de demostrar que es imposible realizar la Leyenda Personal. Pero, según Coelho, "sólo una cosa hace que un sueño sea imposible: el miedo a fracasar". El objetivo existencial está trazado: "Cumplir su Leyenda Personal es la única obligación de los hombres".

A diferencia de los caminos esotéricos, Coelho enseña que la Leyenda Personal de cada uno consiste en asimilar la grandeza de la cotidianeidad: en esta realidad, hay que encontrar el camino de la sabiduría. Para eso hace falta el auxilio de un Maestro o Guía (otro de los temas de sus novelas), quien facilita a los demás el camino que deben recorrer hasta que el sujeto se fusiona con el Todo. Así se describe en El Alquimista: "Y el muchacho se sumió en el Alma del Mundo, y vio que el Alma del Mundo era parte del Alma de Dios, y vio que el Alma de Dios era su propia alma".

Rituales iniciáticos

Pero pasar de lo visible a lo invisible, descubrir ese nuevo mundo de percepciones, es algo que exige someterse a una serie de rituales, de acuerdo con la Tradición. Los rituales iniciáticos tienen una parte muy importante en los libros de Coelho. Gran parte de ellos (El peregrino de Compostela, El Alquimista, Brida...) basan su argumento en la descripción de esos rituales, que permiten estar atento a las señales, que son "el lenguaje de Dios".

Por ejemplo, en El peregrino de Compostela, se describe de esta manera el ejercicio del "Soplo de RAM": "Soltar todo el aire de los pulmones, vaciándolos todo lo posible. Después, ir inspirando a medida que se va levantando los brazos hasta lo alto. Mientras inspira, concéntrese y piense que dentro de sí mismo está entrando amor, paz, armonía con el universo. Mantener la respiración y los brazos levantados el máximo tiempo posible, gozando la armonía interior y exterior. Cuando llegue al límite, suelte todo el aire en una rápida expiración, mientras pronuncia la palabra RAM. Repetir durante cinco minutos".

Su idea de Dios

A pesar de los rituales, el camino sigue siendo difícil. Por eso Coelho emplea la imagen del Guerrero como el símbolo del combate interno que debe mantener el iniciado contra su propia personalidad. A lo largo de ese camino, el Guerrero se encuentra con señales (símbolos) que son el anticipo para conocer lo invisible. La misión del Maestro y del Guerrero es descifrar esas señales, que son los signos de Dios. Un Dios que "está en todo cuanto nos rodea y debe ser presentido y vivido".

¿Y si no crees en Dios? "No importa", explica en una entrevista del libro Pregúntale a Paulo Coelho (Pedro Pablo Pons, Ediciones Tikal). "Si tú vives con el corazón, con amor positivo, si vives de acuerdo contigo mismo... Todos somos partículas de Dios, pero sólo hay un Dios. La idea equivocada de la Nueva Era es que todos somos Dios y que somos parte de Él".

Y, al lado de Dios, los demonios, en versión posmoderna: un espíritu que no es bueno ni malo, sino un guardián de la mayor parte de los secretos accesibles al hombre y que tiene poder sobre las cosas materiales.

Otras ideas recurrentes son el desarrollo de la percepción, el tiempo y la muerte. Coelho habla siempre de la lucidez intuitiva que necesita el Guerrero para escuchar los mensajes que la Naturaleza aporta, y que no son fáciles de escuchar. De ahí la importancia de los rituales tomados de las filosofías orientales, que sirven para ganar en concentración y meditación.

En relación con el tiempo, Coelho sugiere una actitud sensata: "Cada día tiene en sí la Eternidad"; lo único que importa es atender al presente. Vivir con la obsesión de conocer el futuro es una manera de engañarse: "Si prestas atención al presente, podrás mejorarlo. Y si mejoras el presente, lo que sucederá después también será mejor. Olvida el futuro y vive cada día de tu vida en las enseñanzas de la Ley y en la confianza de que Dios cuida de sus hijos". La muerte es el inicio del proceso de la reencarnación, una cadena de vidas y muertes que explican la clave de cada Leyenda Personal.

Aunque Coelho sea un fenómeno editorial, la crítica no lo valora como un literato. Durante la celebración de la Feria LIBER en Barcelona, que tuvo como invitada a la literatura brasileña, los escritores de este país opinaban que Coelho no representa para nada la trayectoria de la literatura brasileña contemporánea, que cuenta con escritores tan importantes como Machado de Assís, Rubem Fonseca, Clarice Lispector, Jorge Amado, Carlos Hector Cony y Wagner Novaes, entre otros.

Estilo almibarado

Para la crítica literaria, los libros de Paulo Coelho son planos, esquemáticos, con unas tramas que abusan de un didactismo simplón y con un estilo muy elemental basado en la frase corta. En referencia a su estilo, Coelho opina que tiene "un estilo directo que es herencia de cuando escribía canciones de rock". Coelho sabe que sus lectores no tienen grandes inquietudes literarias, por eso hay que facilitarles las cosas: "Seguramente parte de mis lectores son gente que no lee habitualmente. Al principio eran mujeres y muchos jóvenes. Ahora hay adultos, hombres y gentes de razas y culturas muy diferentes. Mis lectores son personas que no han renunciado a sus sueños".

En sus novelas, Coelho combina la narración de los hechos con sencillas digresiones explicativas sobre cómo alcanzar la plenitud. Las descripciones rozan la simpleza con un lenguaje que fácilmente deriva hacia las expresiones almibaradas: "Los lugares mágicos son siempre lindos, y merecen ser contemplados. Son cascadas, montañas, bosques donde los espíritus de la Tierra acostumbran a jugar, sonreír y conversar con los hombres. Estás en un lugar sagrado, y Él te está mostrando los pájaros y el viento. Agradece a Dios por esto; por los pajaritos, por el viento, y por los espíritus que pueblan este lugar" (Brida). Y en El Alquimista, uno de los personajes describe el desierto con esta profundidad: "El desierto es tan grande y los horizontes tan lejanos que hacen que uno se sienta pequeño y permanezca en silencio".

Aparente profundidad

En las digresiones religiosas y morales utiliza un lenguaje plagado de sentencias, en las que la ambigüedad y la utilización recurrente de la simbología aportan una aparente profundidad. De esta manera, las frases parecen decir mucho más de lo que en realidad dicen. Por ejemplo, en Brida leemos: "Somos eternos porque somos manifestaciones de Dios". Con estos recursos, el lector tiene la sensación de que se le están desvelando realidades invisibles y profundas, alejadas tanto del pensamiento materialista como de la religión tradicional.

Estas mezclas de expresiones aforísticas y de palabras con mayúsculas permiten al lector trasladarse con la imaginación a un plano superior, supuestamente religioso: "Conocí los secretos de la Alquimia mientras vagaba por el mundo contigo. Tengo en mí los vientos, los desiertos, los océanos, las estrellas, y todo lo que fue creado en el Universo. Fuimos hechos por la misma Mano, y tenemos la misma Alma". Para ello basta con combinar con una cierta sabiduría todo tipo de textos religiosos, con una especial predilección por los que proceden de las filosofías orientales.

El mensaje de Coelho es que todos podemos ser mucho mejores, que la inmortalidad es una meta al alcance de nuestras posibilidades y que en cualquier momento, al pasar una nueva página de nuestra vida, tenemos la oportunidad mística de fundirnos con la Totalidad, la fusión íntima del Alma con el Mundo.

jueves, 23 de septiembre de 2010

Perdona si te llamo amor


Novela romántica para adolescentes que describe los amores entre chicas de liceo y hombres con veinte años más pero no menos inestables.

Eva Sierra García/Aceprensa - 09-05-10

Las novelas de Moccia tienen gran tirón entre las adolescentes

Presentada como una “deliciosa novela de amor ambientada en las románticas calles de Roma”, Perdona si te llamo amor, de Federico Moccia, describe las relaciones entre una adolescente de 17 años y un hombre de 37, que se conocen por un accidente. Niki, la chica, consigue seducir a Alex, un ejecutivo dedicado al marketing que tampoco tiene mucho interés en establecer una relación permanente. Alrededor de ellos se narran también los tratos amorosos de las amigas de Niki y de los amigos (en su mayoría casados) de Alex.

Una buena parte de los personajes descritos en la novela se comportan como jóvenes a los que sólo preocupa pasarlo bien, y para lograrlo se saltan las clases o mienten a los padres. Lo que llama la atención es que la misma actitud tengan los personajes adultos y supuestamente maduros y asentados en la vida, que no dudan en engañar a su pareja para buscar relaciones fuera del matrimonio ni en faltar a compromisos laborales con tal de divertirse. Incluso la policía mira para otro lado benévolamente.

Federico Moccia es autor de otras novelas del mismo estilo como A tres metros sobre el cielo o Tengo ganas de ti, de gran éxito en Italia. Encuadradas dentro del género de novela romántica, de gran tirón entre las adolescentes, se presentan también como guías para conocer los mejores sitios de Roma donde tomar pizza o saborear un exquisito helado. Perdona si te llamo amor recibirá un empujón comercial en España con el reciente estreno de su versión cinematográfica.

Perdona si te llamo amor
Autor: Federico Moccia
Planeta. Barcelona (2009). 688 págs. 9,95 €.
Traducción: Cristina Serna.

“Crepúsculo”: novelas que vuelven locas a las adolescentes

¿Lo mejor desde Harry Potter? Millones de chicas adolescentes parecen creerlo. Quien no haya oído hablar de la serie Crepúsculo no es una adolescente y hace tiempo que no habla con alguna. Están obsesionadas. Con la reciente publicación del cuarto libro y el próximo estreno de la película, no pueden contener su emoción.

Crepúsculo (1), de Stephenie Meyer, apareció en octubre de 2005. Se ha traducido a veinte lenguas y ha recibido numerosos honores: libro escogido del director del New York Times, mejor libro del año de Publishers Weekly y mejor libro de la década hasta ahora de Amazon.com.

meyer_crepusculoLas dos primeras continuaciones, Luna nueva (2) y Eclipse (3), alcanzaron el número uno de la lista de libros más vendidos del New York Times. Eclipse arrebató el puesto al volumen final de Harry Potter en sólo tres semanas. La cuarta entrega, Amanecer (4), acaba de salir.

Enamorada de un vampiro

La serie cuenta la historia de Bella Swan, de 17 años, y su relación de “amor prohibido” con Edward Cullen, un vampiro con apariencia humana.

Bella es llana, desgarbada y propensa a accidentes, pero en la lluviosa Forks, adonde acaba de mudarse, disfruta de popularidad por ser la chica nueva del pueblo. No tiene verdaderos amigos, ninguno con quien esté por gusto. Tiene una relación superficial con su padre Charlie; “aborrece mentirle”, pero lo hace a menudo “por su propio bien”, porque él no sabe nada de vampiros. Aunque Edward está siempre diciendo a Bella lo generosa que es, ella nunca hace nada que confirme esa teoría. Todo lo que quiere de él es que la convierta en vampiro para poder permanecer día y noche embelesada en su presencia por toda la eternidad.

Edward tiene 100 años, pero como los vampiros no envejecen, se quedó en los 17. Es perfecto lo mires por donde lo mires: guapo, fuerte, rápido, inteligente, inmortal...; pero, aunque parezca mentira, nunca se había enamorado hasta que conoció a Bella, cuya sangre tiene una fragancia que le resulta irresistible.

Jacob Black, de 16 años, es un hombre lobo, enemigo mortal de los vampiros. Su declaración de amor por Bella convierte el romance en un triángulo amoroso.

Sensualidad en grandes dosis

La historia de amor es lo que hace al libro irresistible para las adolescentes y veinteañeras. En particular, el aspecto corriente y no muy bien descrito de Bella facilita que las lectoras se pongan en el lugar de ella. Decenas de millares se unen a grupos de Facebook y MySpace con títulos como “Estoy loca por Edward Cullen”, o añadiendo se apuntan como amigas a los cientos de perfiles que existen de él. Conseguir atraer al hombre más perfecto que haya existido sin necesidad de ser guapa, sin más que esconderse tras el nombre de Bella, es el sueño de cualquier adolescente.

El libro describe, morosamente, el estado de perpetuo embeleso: el escalofrío que te viene cuando alguien te atrae tanto, que te quedas sin aliento, el corazón se desboca, no puedes pensar... Es muy, muy sensual. Así describe Meyer el romance adolescente: “Es la primera vez que te enamoras, la primera vez que besas a alguien. Todos esos sentimientos son mucho más fuertes. Aún no te has endurecido… todo es intenso, así que escribir sobre ello es muy divertido”.

stepheniemeyer

Aunque en los libros de Meyer no aparecen relaciones sexuales, el sexo es, en gran parte, de lo que tratan. La sensibilidad emocional –hormonal– es uno de los rasgos principales de los personajes.

De un libro a otro, la historia va haciéndose más explícita. No traspasan el límite, porque Edward empieza hablando de proteger la “virtud” de ambos. “No –promete solemnemente–. Lo intentaremos, te lo juro. Cuando te hayas casado conmigo”.

En medio de tanta sensualidad, ese comedimiento parece incongruente, incluso suena a falso, pues la idea aparece solo después de capítulos enteros de sensualidad, y la “virtud” resulta no ser más que una raya que no se puede cruzar. Pero, ¿quién podría llegar tan lejos y guardar su “virtud”? Parece una fórmula para acabar con un montón de madres adolescentes desencantadas.

Meyer es una mormona practicante que estudió en la Brigham Young University, dirigida por su misma Iglesia, en la que el sexo prematrimonial se considera “una violación del código de honor”, según dijo ella en una entrevista. Como madre de tres chicos, le pone enferma ver cómo la gente joven arruina su vida con el sexo, y espera que sus hijos “sean bastante listos para tomar las decisiones acertadas”. Con su madre como guía, desde luego tendrán que ser muy listos.

Meyer parece pensar que una ética de prohibiciones es el pasaporte del alma para entrar en el cielo, como Edward da a entender: “La mayoría de las religiones creen que hay algunas normas que cumplir”. Qué contraste con el mensaje del Papa Juan Pablo II en su teología del cuerpo, que entiende el sexo, las relaciones y la afectividad como dimensiones maravillosas de la vida humana, que se han de custodiar y afirmar: no solo por el miedo al infierno, sino para que los seres humanos realicen todas sus capacidades en libre y total don de sí que supere el egoísmo.

Un mensaje poco feminista

Otro problema de estas novelas es la completa falta de realismo en las expectativas puestas en el protagonista masculino. Después de un siglo resistiéndose a la sangre humana, este vampiro tiene la fuerza para resistirse también a pasar la raya sexual. Pero que una chica llegue tan lejos con un chico de 17 años y después espere que sea tan fuerte como Edward, no es realista ni justo.

meyer_amanecerEsto me recuerda a las chicas que llevan el mínimo de ropa posible y después dicen que si el chico no se domina, es culpa de él. ¡Qué maravilloso sería tener a un chico que estuviese increíblemente atraído hacia ti pero que nunca tuviera contigo un pensamiento ni un comportamiento “utilitario”! Muchas chicas se han percatado de la falta de realismo en el personaje de Edward, como se puede ver en los grupos de Facebook.

Una cuestión más es la burla que se hace de la autoridad paterna en este tema. Cuando Charlie, el padre de Bella, trata de hablarle sobre sexo responsable, ella le grita “¡soy virgen!”. Ella sabe que su padre se llevaría un sofoco si supiera que Edward ha pasado la noche en su habitación (mirándola, pues los vampiros no duermen), pero desecha la preocupación de Charlie con un “¡no va a pasar nada!”. Entonces, en el párrafo siguiente, Bella tiene el cuerpo pegado al de Edward (con una sábana en medio), está sin aliento (otra vez), y él lucha por no dar rienda suelta a su deseo, tanto humano como de vampiro.

¿Qué mensaje transmite todo esto a las chicas? La única cosa que hace que la vida valga la pena es que tengas tu hombre (irrestiblemente atractivo). Olvida todas tus otras aspiraciones: amigos, familia, intereses, educación... Hacerse vieja es peor que morir. El amor está basado en las apariencias y en la atracción física.

Estas novelas glorifican el amor obsesivo e intensamente emocional. El matrimonio se presenta como un compromiso basado en ese intenso sentimiento de deseo. Pero no hay en ellas la basura frecuente en la literatura juvenil: nada de drogas, ni alcohol, ni humor grueso. Solo mucha sensualidad y amor obsesivo.

Libros para leer y comentar

A la vista de todo eso, ¿deberíamos decir a las adolescentes que no lean estos libros? Creo que no. Hay que hacer eso con los libros que son evidentemente obscenos. En el caso de otros libros, si decimos “no lo leas”, corremos el riesgo de dar un mensaje equivocado. Cuando un libro les atrae tanto, no entienden por qué no habrían de leerlo: “¡no es más que una historia romántica!”, piensan.

Muchas buenas chicas no han encontrado prácticamente nada malo en estos libros. Después de leerlos, algunas han sentido la necesidad de leer otro sobre amor verdadero, pero la mayoría piensan que es simplemente la pericia de la autora lo que los hace tan absorbentes. Así pues, hay muchas cuestiones que tratar, y quizá no sería posible hacerlo si solo dices a las chicas que no los lean. Estos libros muy bien podrían catalogarse entre los apropiados para leer y comentar.

Naturalmente, leerlos no hará bien a todas las chicas, pero muchas ya los habrán leído o tendrán tantas ganas de leerlos, que no entenderían por qué no habrían de hacerlo. Entonces, lo más importante es hablar de ellos. ¿Qué te parece esta escena? ¿No falta algo ahí? ¿Qué otra cosa podría haber hecho ella? ¿Qué harías tú si estuvieras en la misma situación? ¿Qué sería lo mejor? ¿Conoces a algún chico como Edward? ¿Te parece realista llevar a un chico a ese extremo y esperar que no ceda? ¿Qué crees que debería hacer un chico en una situación semejante?

Una conversación como esa puede dar a las chicas una ayuda inestimable para no caer en situaciones que no saben cómo manejar. También les ayuda a ser lectoras maduras, que aprendan a pensar por sí mismas cuando un libro no ofrece buenos modelos dignos de ser imitados. Y vale la pena fomentar esa actitud.

Vistos los temas introducidos en estos libros, en los que los sentimientos tienen un papel tan destacado, es importante abrir la mente de los lectores al panorama mucho más amplio de lo que el amor puede aportar a la vida.

Este artículo es un resumen del original publicado en MercatorNet.

Las etapas de la vida


Die Lebensalter. Thre ethische und pädagogische Bedeutung

Autor: Romano Guardini

Palabra. Madrid (1997). 157 págs. 1.400 ptas. Traducción: José Mardomingo.

La primera edición de esta obra data de 1953, cuando Romano Guardini (1885-1968) impartía clases de Ética en la Universidad de Múnich. No es este libro un tratado de psicología evolutiva, sino la reflexión éticoexistencial que un cristiano, dotado de una amplia cultura filosófica, hace de su propia experiencia vital. Según el autor, "el crecimiento es un camino, un devenir, y a este respecto tengo que remitirme a la frase de Goethe según la cual se camina no sólo para llegar, sino también para vivir en el caminar".

Tanto para saber "llegar" como para "disfrutar de la vida" a lo largo del camino, es necesario un tipo de conocimiento sapiencial que rara vez encontramos en la cultura contemporánea. Nuestra cultura está bien dotada de conocimientos técnicos, pero escasea en conocimientos que orienten hacia un fin y, por lo tanto, capaces de dar un sentido a nuestro caminar. Al ver el curso de la vida humana desde la perspectiva que otorga la fe, cada fase de la vida deja de apreciarse como un mero preludio de la siguiente y aparece como "la posibilidad de realizar de un modo peculiar el sentido nuclear de la existencia". En el fondo, lo que interesa a Romano Guardini es mostrar la verdad de la persona en cada etapa de su vida, y esta verdad no es otra que buscar y hacer el bien en las circunstancias en las que se encuentre.

Las distintas fases de la vida humana: infancia, juventud, madurez, ancianidad y senilidad, así como las correspondientes crisis que suponen los cambios de una etapa a otra -de maduración, de experiencia de los límites...- constituyen la estructura de este pequeño libro que se presenta cargado de sugerencias para un público amplio.

El sí de las niñas

A dos siglos de haber sido escrita, El Sí de las Niñas sorprende por la naturalidad y la frescura de sus diálogos, así como la impresión de dinamismo que inspiran sus personajes. Esas cualidades la convirtieron en éxito cuando se estrenó, en 1806. El argumento era conocido --la joven que ama a un hombre joven, a quien quieren casar con un viejo -- pero aquellos diálogos en prosa y su inesperada vuelta de tuerca fueron toda una innovación.

En sus obras, Leandro Fernández de Moratín (1760 - 1828) atacó más de una vez los matrimonios por conveniencia y la mojigatería. Su teatro, de fines didácticos, se ceñía a las unidades de tiempo y espacio de la escuela francesa. También adhirió a los franceses en política, lo que le valió el desprecio y el exilio.

Hay un cuadro de Goya en el que Moratín surge de la sombra, con vivaces ojos. El Sí de las niñas produce el mismo efecto al ser leída: le basta al autor su chispa para iluminar el teatro de nuestra mente. elaleph.com


Portal dedicado a Leandro Fernández de Moratín.

¿Qué es la cultura?

martes, 14 de septiembre de 2010

Regreso a Ítaca


Argos mueve la cola con insólito
entusiasmo a cada exhalación que
sale de los pulmones de su amo. El
cuerpo metálico no alberga
reproches ni rencor, no pretende
explicaciones. Se limita a quererlo
con un amor incondicional, sin osar
pedir nada a cambio. Sólo el viejo
perro mecánico reconoció al
intrépido viajero bajo esas ropas más
propias de un pordiosero que de un
emperador. Sólo a él no parece
inquietar su regreso.
En el silencio de la alcoba, el
insistente murmullo la aturde. Ya no
está acostumbrada a su respiración.
Sobre el lecho revuelto el cuerpo
maduro pero aún musculoso se agita:
lucha contra sus fantasmas. Una
triste sonrisa cruza los labios
marchitos. Ni siquiera de vuelta
puede ser enteramente suyo. Incluso
en sueños se enfrenta a esos extraños
seres responsables de su larga
ausencia y de las cicatrices antiguas,
nacaradas, que surcan ahora una piel
antaño perfecta. Ella sabe que ese
inquietante mapa ha de arrastrarlo de
nuevo lejos. Ha pasado la mayor
parte de su vida de esposa sin él, y
sin embargo lo conoce bien: tampoco
esta vez se quedará mucho tiempo.
Se pregunta qué será entonces
¿Viajes a otras galaxias en busca de
nuevos súbditos, de nuevas fuentes
de energía, del esquivo secreto para
recuperar esa juventud que a ella se
le ha ido escapando día a día en el
tálamo vacío?
Es más una viuda que una esposa.
El dolor fue tal que quizá sólo el
deber la mantuvo viva. Viva para
enfrentarse a las intrigas palaciegas,
para defender los intereses de un hijo
indefenso y los de un marido que
bien podría haber sido una quimera.
Ya no sabe si era a los aspirantes al
trono a los que rechazaba, a cada
pretendiente que codiciaba el control
del imperio, o a los hombres. Quizá
no debió abandonar los hábitos.
Puede que, después de todo, en
efecto su destino fuese el de
convertirse en una
vestal.
Las rojas lunas
de Leucas
proyectan una
espectral luz sobre
el tapiz
eternamente
inacabado. Ella les
vuelve la espalda.
Ya no es una
sacerdotisa: no
quiere leer su
aciago presagio.

Salomé Guadalupe
Ingelmo (España)

septiembre- octubre, 2010# 104 Revista Digital miNatura